Oda a los invaluables

Nadie que se considere un verdadero trotamundos será capaz de negar que la belleza de un viaje y gran parte de lo que nuestra memoria guarda sobre aquellos lugares visitados está directamente relacionada con las magnificas personalidades que uno va encontrado y conociendo en el camino; compartir experiencias, dificultades, satisfacciones y alguno que otro sinsabor, forma parte inalienable de la vida del viajero.

Es por tal que no queremos dejar pasar la oportunidad de dedicar un pequeño espacio lleno de cariño a aquellos grandes reencuentros o encuentros que le han puesto el mejor sazón a nuestra experiencia y a quienes nos han ayudado en este viaje, que han hecho el camino más placentero, más fácil, más divertido e interesante.

Afortunadamente la lista de personalidades crece conforme el tiempo avanza y, considerando importante reconocer nuestro aprecio y agradecimiento, hemos comenzado a listarlos desde ahora, a sabiendas que el espacio destinado nunca será suficiente para distinguir su verdadero valor e influencia y con la certeza de que muchos más serán agregados:

INDONESIA

LOS INOLVIDABLES

Clarita, amiga desde hace un mucho de uno y feliz nueva conocida del otro, fue quien sembró la idea de comenzar el viaje en Indonesia, un país sobre el cual no sabíamos más que su remota ubicación, al invitarnos a celebrar su matrimonio en Bali. Clarita fue nuestro primer contacto en Indonesia, acogiéndonos en su casa y mostrando su excelencia como anfitriona, llena de interesantes impresiones y valiosos consejos sobre el país al que recién arribábamos. Clarita fue la causa de un montón de nuevos conocidos, diversión y una importante parte del viaje en el que nos embarcamos; por eso y más no podía dejar de ocupar un importante y principal lugar en la presente lista.

Vasco, un güey chingonsisímo que decidió casarse con Clarita y quien, sin conocernos, nos atendió de lujo en Yakarta, nos motivó a comprar nuestras inseparables Juanita Chantik y Chinta Besar y nos sugirió, entre muchos otros lugares mágicos en este país, Batu Karas, un lugar ideal para aprender a surfear. Vasco, como jinete profesional, nos brindó una probadita del mundo del polo y la equitación, además de presentarnos a Nico, un joven argentino entrenador de la selección indonesia de polo, campeona de Asia, quien organizó a esa misma selección para preparar una parrillada en nuestro honor, y a Mario, otro finísimo jinete portugués.

Marty es un quiropráctico australiano a toda madre, residente en Yakarta y que conocimos en Batu Karas, que nos introdujo a mucha gente clave para llevar a cabo la compra de las inseparables, llenó de buenos consejos sobre el país y quien se ha convertido en un gran amigo, acaparando un lugar de gran importancia en esta lista y viaje. Marty es, además de una gran persona, un aventurero empedernido, quien al momento en que este texto es escrito inicia un viaje increíble de Londres a Ulán Bator abordo de una Nissan Micra, lo que merece muchos aplausos y apoyo.

echando la chela en el Sunset Bar con Marty, Vismai, Finn y Marie. Echobeach, Canggu

echando la chela en el Sunset Bar con Marty, Vismai, Finn y Marie. Echobeach, Canggu

Vismai es otro simpatiquísimo australiano que evidencia que la vida familiar también es posible sin las ataduras a largo plazo que la presión social impone, padre de dos brillantes y lindísimos mini adultos, Dali y Finn, fundadores y operadores de Nalu, una fabricante de playeras que dona parte de sus ingresos a proveer uniformes escolares a niños en India. Lo conocimos en Batu Karas y, posteriormente, resultó un gran anfitrión y compañía en su hermosa casa en Canggu.

Lourenço es un portugués que conocimos la noche que llegamos a Indonesia gracias a Vasco, quien nos acompañó durante más de un mes y, además de muy divertido, ha sido una enorme fuente de inspiración.

ferri a lombok

Lourenco en el ferri a lombok

Lourenço es otro viajero con quien compartimos grandes experiencias, risas y kilómetros por gran parte de Indonesia y que es, sin duda,  uno de los personajes más interesantes y apreciados en esta lista.

Peter, un madrileño que tiene, hemos de reconocerlo, además de altísimos decibeles al hablar o reír, un enorme repertorio de pésimos chistes y un gran aguante al bullying inofensivo mexicano, una enorme capacidad para hacer amigos y divertirnos en el camino. Amigo de Sacha desde hace tiempo, aprovechó de un receso laboral para acompañarnos desde Canggu hasta Nembrala en su flamante, aunque de llantas sensibles, Rayo Athul. Mejor conocido como Peter Pan, junto con Lourenço, son de las personas con las que más tiempo y distancia hemos pasado en este viaje. Los vamos a extrañar, sin duda.

pisandole en Sumbawa

pisandole en Sumbawa

LOS ESPONTÁNEOS

Durante el viaje distintos amigos alrededor del mundo se animaron a unirse al viaje y nosotros no podemos menos que mencionarlos en este listado y que, aunque corta, su visita y reencuentro han aportado muchas risas y alegrías a nuestra travesía:

Arné, por su amistad y por ser, también, una enorme fuente de inspiración. Sabemos que volveremos a disfrutar de su agradable compañía en días por venir.

Esteban, por las noches de hotel que me (Andrei) patrocinó, además del gusto que ocasionó su visita e la innumerable cantidad de carcajadas y buen humor que aportó.

Julian en Lombok

Julián, por su muy antigua amistad y múltiples reencuentros alrededor del mundo (Sacha), portador de buena vibra y que, gracias a la cercanía de su nueva residencia en Kuala Lumpur, nos ha visitado ya en dos ocasiones y, probablemente, varias más por venir.

Marie, por ser una excepcional compañera de piso, amiga y una gran persona siempre dispuesta a la aventura, risas y buen humor.

Marie, rumbo a Balian

Marie, rumbo a Balian

EL GRAN RESTO

Son muchas otras personas que se han cruzado en nuestro camino de forma breve y fugaz, pero que, sin duda, han dejado grandes satisfacciones, enseñanzas, consejos, ayuda o, simplemente, han dejado plasmada una sonrisa en nuestros rostros; para todas ellas dejamos estás líneas que, aunque compactas, intentan reflejar un poco el gran aprecio que les profesamos:

Los que nos vendieron el celular, nuestros primeros maestros del bahasa indonesia.

Ano, Angga y Asno, el primero por recogernos en la carretera de Cijulang a Batu Karas con la promesa de llevarnos hasta la playa, a pesar de no hablar ni una palabra de bahasa inggris, y que antes se detuvo en la fabrica de ladrillos de abono de coco, donde pudimos conocer a su operador, Angga, y donde Asno nos preparó unos cafés para que, posteriormente, nos llevaran a conocer las cabañitas de un amigo suyo, justo a un lado del warung de Rini y Komping.

platicando con Angga y Asno en la fabrica

platicando con Angga y Ano en la fabrica

Rini y Komping, dueños de nuestro warung favorito en Batu Karas, donde después de 10 días aprendimos a apreciar y despreciar el nasi goreng y mie goreng, le perdimos el miedo a los baños a jicarazos e idas al baño de aguilita y donde nos interesamos seriamente por aprender indonesio aunque a veces, sin advertir, nos enseñaban sudanés.

Rini y su warung

Rini y su warung

Ustad, nativo de Batu Karas que nos explicó el contenido de la documentación legal de una moto, los detalles a cuidar al comprar una y dedicó su tiempo a mostrarnos las tiendas de la zona y hacer algunos intentos por comprar.

Nyoman, ayudante balinés de Vismai que también se tomó unas horas para llevarnos en busca de unas motos y a ayudarnos en la negociación.

Los mecánicos de Muntuk, que por un dólar arreglaron un problema eléctrico de Chinta Besar, que por poco nos deja botados en la sierra de Bali, además de enseñarnos mucho vocabulario mecánico en indonesio.

Wayan, anfitrión del Balian Surf Camp y sacerdote del templo de la sabiduría de Lalang Linggah que nos explicó mucho sobre el hinduismo y sus templos, así como sobre los usos y costumbres balineses, además de tratarnos rebien en una de las playas más bonitas de Bali.

Wayan explicando sus templos

Wayan explicando sus templos

Lela, administradora del Ketapang Guest House en Echobeach, Canggu, que con su pura sonrisa nos alegraba todas las mañanas.

Putu, la ayudante de Lela, quien nos preparaba el desayuno de pan tostado con huevo o mermelada y lavaba nuestra ropa cada que se lo pedíamos, dejándola oliendo fuertísimo a detergente y bien planchadita.

Los muchos mecánicos que por poco dinero han arreglado los peditos que le han surgido a Chinta Besar.

Una vendedora de botellas de gasolina a 40km de Sumbawa Besar que nos recomendó la paradisíaca Pantai Kencana para pernoctar en nuestro camino hacia las Lakeys.

El güey que rescató a Peter a unos 30kms de Dompu, luego de que reventara su llanta trasera, llevándolo de la mano a comprar llantas nuevas y luego a un taller a cambiarlas.

Wolfgang y Tish, dueños del centro de buceo en Labuan Bajo donde nos certificamos como buceadores profesionales en un ambiente súper relajado y amigable.

Wolfgang frente a su centro de buceo, Divers Paradise Komodo

Wolfgang frente a su centro de buceo, Divers Paradise Komodo

Todo el personal de aduanas en el cruce fronterizo de Mota’ain, ayudándonos con el papeleo necesario para pasar nuestras motos a Timor Leste, sin obligarnos a seguir el camino ortodoxo de gestionar todo en Atapupu.

El oficial Clementino Rosas en Mota’ain, quien autorizó la salida de Indonesia de nuestras motos, aun considerando que no teníamos licencias internacionales, que Rayo Athul no venía con documentos originales ni permiso del dueño para sacarla del país y que la gestión normalmente se hace en Atambua.

Jemri en Soe, por introducirnos al curioso mundo del betel nut.

El güey que ayudó a Sacha a negociar el flete de su moto en pesero desde Kefamenanu a Kupang.

La administradora del losmen Agogo en Aimere que nos informó de la existencia de un ferri a Kupang saliendo al día siguiente de nuestra llegada, ahorrándonos con eso unos 500km de curvas, subidas y bajadas en el camino a Larantuka y unas multas potenciales por salir de Indonesia con visas vencidas.

Catherine, Mark, Grace y Benjamin, una familia de australianos de exquisitos modales, conversación y trato que conocimos en el Surf Camp Tirosa de Nembrala, Rote. Un claro ejemplo que las familias funcionales y felices todavía existen y con quienes disfrutamos grandes momentos de surf, sobremesa y fogatas.

Todos, absolutamente todos los anfitriones y huéspedes del Surf Camp Tirosa, quienes convirtieron el losmen en un hotel de cinco estrellas. Fue muy difícil retomar el camino después de ocho días increíbles ahí.

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