Algo que tenia muchas ganas de hacer durante este viaje era hacer un trekking con alguna tribu local.
Estando en Pai, Tailandia fui a preguntar varias veces si era posible, pero el hecho de viajar sola te complica este tipo de planes. Mis opciones eran: 1) Conseguir gente para hacer el trekking conmigo, o 2) esperar a que se juntara más gente interesada en hacer el mismo tour que yo y regresar a preguntar.
Regresé varias veces hasta que me harte. Me quedaría con ganas de conocer a alguien de las tribus del norte de Tailandia.
Para cuando llegué a Luang Prabang en Laos, me di cuenta que varias de las tribus de Tailandia también habitan en Laos, así que fui a buscar de nuevo y salio la misma chingadera. Si vas sola el paseo te sale lo doble de caro, de nueva cuenta tienes que conseguir gente que quiera hacer lo mismo que tu. Claudiqué.
Finalmente, cuando llegué al norte de Vietnam decidí ir a Sapa, una ciudad en el meritito norte norte de Vietnam, en donde -para mi fortuna- vive gente de la tribu h’mong.
Ahí, si te quieres quedar en casa de una persona local, vayas sola o acompañada, no es ningún problema y es el mismo precio para todo el mundo.
Esta vez -curiosamente- ya no estaba sola. Desde Phong Nha a Hanoi, de Hanoi a Ha Long Bay y de Hanoi a Sapa, estuve acompañada por un grupo de gente increíble: Sara de Inglaterra, Bart de Los Paises Bajos, Michu, Carlos, Claudio (Clot) y Matias de Chile y mi paisano Pepe. Y aunque unos se quedaron en Hanoi para partir hacia Singapur (Carlos y Clot) y otros se fueron antes a Sapa (Michu, Bart y Sara), Pepe, Matias y yo nos fuimos juntos y alcanzamos a los otros tres en casa de Mama Su.
El plan era hacer el trekking todos juntos, sin embargo, el sureste asiático, empeñado en no dejarte ir sin una marca importante en tu cuerpo, no permitió que Bart ni Sara nos acompañaran, ambos se cayeron de una moto.
Total que, después de dos recomendaciones, fue Mama Su quien nos dio alojamiento y comida. Aquí les dejo lo que aprendí estando con ella:
Nombre: Su
Tribu: H’mong
Idioma: H’mong
Edad: 37 años
Estado civil: Casada
Hijos e hijas: 2 niñas y un niño
Religión: H’mong y cristiana
Religión y costumbres: En la religion h’mong se cree en los espíritus familiares. Siempre se guarda comida para que ellos coman antes que los vivos. Cuando se cosecha el arroz, se ofrenda primero al padre y a la madre, lo mismo antes de comer.
Le conté que en México tambien honramos a nuestros muertos y les ponemos una ofrenda muy similar a las que ponen en Asia, con la diferencia de que solo lo hacemos una vez al año.
El arroz: Las semillas de arroz que cultivan las compran a una compañía china. Dice que podría cultivar su propio arroz, pero el suyo produce menos granos, por eso usan el otro aunque asegura que es caro y no reciben ningún tipo de apoyo gubernamental.
Identidad: No sabe su fecha de nacimiento ni el de sus hijas e hijo, solo el año en que nacieron es medianamente importante. A pesar de esto, si tienen acta de nacimiento aunque jamás la usen.
Trabajo: Trabajar en los arrozales toma 10 horas diarias. Generalmente, comienzan a las 7:00 a.m. y terminan a las 17:00 horas. No tienen un patrón que les ponga horarios o cualquier otro tipo de cosas, son sus propias tierras y cultivos, por lo que si están cansados o enfermos, pueden descansar.
Los niños y las niñas también trabajan el arrozal, comienzan generalmente a la edad de 11 años. Van a la escuela y de ahí a trabajar. Después de los 15 años tienen que trabajar más.
Educación: La escuela es gratuita hasta los 15 años. Después de eso, si quieres seguir estudiando debes ir a Sapa o a alguna localidad cercana a Hanoi; además, deja de ser gratuita a ese nivel, por lo que muchas familias no pueden mandar a sus hijos a la escuela.
Por su parte, Su no sabe leer ni escribir, pero habla muy bien inglés. Lo aprendió hablando con los turistas cuando comenzó a alojarlos hace 8 años, hoy es su principal fuente de ingreso.
Por cierto, Su tampoco habla vietnamita.
Economía personal: No se gana mucho del arroz, primordialmente porque el que siembran es para su consumo, solo a veces lo venden.
Para sembrar, lo ideal es tener un búfalo de agua, pero este cuesta 10 millones de dongs (unos $8,500 pesos). Muy caro para ella. Es por esto, que además de sembrar arroz, tejen. Tejen cosas preciosas y muy elaboradas. Como ando en mi etapa de recuperar conocimiento perdido, antes de emprender este viaje fui a que me re enseñaran a bordar, así que le enseñé el bordado que yo he estado haciendo y tuve la fortuna de que ella me enseñara como bordan ellas. ¡Esta difícil!
Temores: Su le teme a las alturas, aunque se la vive en las montañas. Dice que cree que nunca podría subirse a un avión. Le dije que era como ir en tren, que no iba a sentir nada, jeje.
Gustos y disgustos: Come de todo menos pescado, víboras o perro. Simplemente no le gusta. Su estación favorita es el verano, no hace tanto calor, ni hace tanto frío. Últimamente en invierno les ha nevado, algo completamente inusual y que les afecta mucho porque los animales, incluyendo los búfalos, se mueren.
No le gusta el sur de China, sus vecinos, dice que son muy groseros con ellos, no dicen hola ni adiós.
Sus animales favoritos son los pájaros y las gallinas. Los arrozales y el paisaje impresionante que forman ya no le sorprenden. Le encanta el vino de arroz, al que le llama «happy water», pero no le gusta la cerveza.
Matrimonio: Las mujeres h’mong se casan alrededor de los 15-16 años, aunque algunas se casan a los 12. Se casan con niños de su misma edad y ellas pueden elegir a su esposo. No existen los matrimonios arreglados ni forzados. Su fue una rebelde, ella se caso hasta los 22.
Procreación: Ella tuvo sus partos en casa, solo cuando hay un problema muy serio van al hospital. Por lo general, para todo se usan remedios medicinales caseros.
Como costumbre, suelen guardar el cordón umbilical de los bebes en un frasco por unos días y lo dejan al lado de la cama, como ofrenda y agradecimiento a sus ancestros. Después, este se entierra bajo la tierra.
Por el momento, Su no quiere tener más hijos.
Roles de género: Son casi inexistentes. Los hombres cocinan, las mujeres también. Los hombres cuidan de la chamacada, las mujeres también. Los hombres trabajan el arrozal, las mujeres también. Solo el tejer pertenece a las mujeres.
Si alguna vez van a Vietnam, no se pueden perder de esta experiencia. Debido a que Su no escribe ni lee, es necesario que para contactarla le marquen por teléfono, aquí dejo sus datos: Giang Su (+84) 01677924940
No se van a arrepentir!!!